El
día miércoles una masiva asamblea interclaustros de la carrera
votó convocar a la junta departamental en el aula 218 para votar,
por tercera vez consecutiva, a Rodríguez Otero como director. Esta
es la segunda convocatoria a la junta que se realiza en el año. La
primera la realizaron tres representantes del claustro de
profesores (Pineau, Presta y Campagno) junto a la minoría de
graduados (Haciendo Historia, Julián Kan). Esta convocatoria
naufragó dado que ni los propios convocantes asistieron ¿La
convocatoria luego de la asamblea del miércoles cambiará esta
situación?
Escenarios
posibles
El
día lunes podemos encontrarnos con tres escenarios: el primero es
que la lista de profesores, los graduados por minoría (Haciendo
Historia) y la mayoría estudiantil (La Mariátegui), todas listas
que se pusieron por fuera de la discusión dada en la asamblea
interclaustros, vayan a la junta y voten por su propio candidato,
Marcelo Campagno. Tienen los votos para hacerlo, ya que son seis de
los nueve representantes de la junta, una mayoría clara, y ya han
mostrado públicamente su voluntad de no acatar el mandato
asambleario.
Este
escenario es el peor de los escenarios posibles ya que pone en manos
de una minoría absoluta las decisiones sobre nuestra carrera. Desde
La Comuna-Partido Obrero explicamos esto y defendimos que no haya una
convocatoria a la Junta hasta que avancemos en la democratización de
la misma en función de reducir el peso político de una camarilla
minoritaria como es el claustro de profesores y aumentemos la
representación estudiantil.
En
una alarde de palabrerios que no respondían como se iba a actuar en
caso de que esto sucediera, Rodriguez Otero dijo que si no se lo
votaba director se levantaba la junta. Sin embargo la junta va a
tener un solo temario, elegir director, y ya hay una candidatura
lanzada por parte de una mayoría de los consejeros. Cuando se ponga
a votación las candidaturas de Otero y la de Campagno y el resultado
de la votación sea tres votos para Otero y seis para Campagno, no
hay vuelta atrás y la elección del nuevo director ya va a estar
consumada. Luego estas mociones pasan al consejo directivo en donde
la gestión de Trinchero tiene que refrendar lo votado por la
afirmativa o la negativa. La insistencia de Otero para convocar a una
junta en donde tenemos todo para perder solo puede obedecer a un
acuerdo con la gestión trincherista en función de sus propia
candidatura.
En
la asamblea los que plantearon en forma irresponsable esta posición
fueron los militantes de La Juntada, que dijeron que “si los
profesores y la Mariategui no acatan el mandato de la asamblea
deberán pagar el costo político”. Es decir que les importa un
bledo que el proceso de democratización que se viene desarrollando
en la carrera avance, sino que buscan de esto sacar un rédito
político; oportunismo puro. No es extraño entonces tampoco que
hayan sido acompañados en su afán reeleccionista por el FUP-La
Cámpora, cuyo interés en la elección de Otero no pasa claramente
por la democratización de la carrera ni en poner freno a las
políticas de la LES-CoNEAU y la ANFHE.
El
segundo escenario posible es la lista de profesores, graduados y la
Mariategui no asista a la junta y no haya quorum. En este caso
estaríamos en la misma situación que una semana atrás y se
plantearía nuevamente, como única alternativa para avanzar,
democratizar la junta YA.
El
tercer escenario es que estos seis representantes asistan a la junta
y acaten el mandato de la asamblea y voten por Otero. En este caso,
el más improbable de todos, de todas formas queda pendiente la tarea
de avanzar en modificar la estructura de la junta, dado que si
sucediera este rarísimo escenario, que es al que Otero aspira,
tendríamos una junta atada de manos para avanzar en los reclamos de
estudiantes y docentes, ya que la mayoría de la junta, nuevamente
seis sobre nueve votos (o siete sobre diez, si los profesores
reemplazan a Astarita y Campagno, que renunciaron, o a Devoto, que
estaría de licencia), estarían en manos de los que hoy quieren
avanzar sobre las conquistas de nuestra carrera.
En
cualquiera de estos escenarios, Rodríguez Otero y las agrupaciones
que lo apoyan entregan la asamblea; nos han puesto en manos de
fuerzas ajenas y contrarias a la asamblea: los consejeros de la Junta
y el Consejo Directivo.
¿Porque
la re-ree?
Como
indicamos en otros materiales Otero va por su tercer mandato en la
junta. En 2009 y 2011 fue votado con un programa de avanzada sobre el
cual no se avanzó un paso en relación a los problemas fundamentales
de la carrera. En esta etapa las autoridades de la facultad, con
nuestro decano Trinchero a la cabeza, han avanzado sobre conquistas
de la carrera bochando designaciones docentes, rechazando materias
especiales y seminarios y lanzando a nuestros docentes a una
precarización laboral cada vez más acuciante (como explicamos en
otra ocasión en nuestra carrera los docentes si cobra, cada vez
cobra menos, ya que se han reducido significativamente las
dedicaciones exclusivas y semi exclusivas y cada vez hay más
dedicaciones simples). ¿Porque entonces se repite este escenario?
¿Por un afán personal del director saliente? En los últimos dos
años la adaptación de la gestión del departamento a la política
de ajuste de Trinchero fue notable. Nos encontrábamos una y otra vez
en la junta que el director se convertía en el abogado del diablo
del decano y que nos repetía sus argumentos frente a cada rechazo de
designaciones o pase de materias para otro cuatrimestre. “Faltan
aulas, faltan recursos”, escuchamos. Ya lo sabemos, respondimos.
Por
eso de lo que se trata es de tener una junta acorde a los intereses
de docentes y estudiantes. Esa es la base de nuestra propuesta de
avanzar YA con la democratización: convocar a una asamblea en donde
discutamos la estructura de la nueva junta: nosotros proponemos
claustro único docente y representación paritaria entre estudiantes
y trabajadores e investigadores de la carrera. Podemos tomar esta u
otra propuesta, pero de lo que se trata es de reducir a cero el poder
político de un grupo acotado de profesores que hoy quiere avanzar
sobre nuestra carrera. Propusimos que este debate no se extienda
eternamente, pusimos un plazo de tres semanas y luego convocar a
nuevas elecciones para conformar una nueva junta departamental sobre
nuevas bases, sobre bases democráticas. Rodriguez Otero ni siquiera
tomó en cuenta nuestro planteo, sólo nos propuso que le diéramos
un nuevo “voto de confianza”, el tercero ya. Sin cambiar las
cosas, sólo se puede aspirar a gobernar la carrera con permanentes
compromisos con estos sectores minoritarios alejados de los intereses
de estudiantes y docentes.
El
lunes se moviliza historia
Frente
a cualquier de estos escenarios lo fundamental es tener claridad
sobre la situación en curso y plantear las tareas que se
desprenden. Sin avanzar en la democratización la política de
ajuste del gobierno nacional, la ANFHE y la CONEAU, se impondrá.
Sólo la unidad docente y estudiantil, del conjunto de la facultad y
de la universidad podrá poner en pie un movimiento de lucha para
quebrar esta orientación privatizadora. Este año es un año
especial en la UBA porque el rector privatista Hallú busca su
reelección pasando por encima de los estatutos que él mismo votó.
Para esto cuenta con el apoyo del gobierno nacional, como lo tuvo en
el pasado, ya que fue votado en dos ocasiones con la policía en el
congreso nacional. En 2006 la UBA vivió un proceso de lucha muy
importante por la democratización que fue cerrado por la
intervención abierta del gobierno nacional. Un año antes, en 2005,
la carrera de historia vivió un proceso democratizador cuyas
consecuencias se estiran hasta el día de hoy. Tomemos nuevamente la
posta y pongamos a Historia a la vanguardia de la lucha por la
democratización en la universidad. El lunes todos a la junta y a la
asamblea interclaustros posterior a decidir cómo seguimos.
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