martes, 30 de abril de 2013

DEMOCRATIZAR, AHORA



En las últimas semanas Historia fue protagonista de masivas asambleas y movilizaciones. Luego del voto por parte de la lista única de profesores, de Haciendo Historia por la minoría de graduados y de La Mariátegui por la mayoría estudiantil a Marcelo Campagno como director (aún no avalado por el Consejo Directivo), entramos en una nueva etapa frente a la cual debemos hacer un balance.

Un balance provisorio

Después de ocho años la Junta departamental, en particular el claustro de profesores, impone director. Más importante aún: por primera vez en ocho años hay en la Junta una mayoría opuesta al programa votado por cientos de estudiantes y docentes en asamblea y ajena a cualquier espacio de discusión y decisión colectiva e interclaustros. Frente a este escenario, la última asamblea (el miércoles 24) apenas pasada la votación de Campagno en la Junta debió enfrentarse no sólo a la “traición” de La Mariátegui y Haciendo Historia, sino a las consecuencias de la política de Rodríguez Otero, La Juntada y el FUP-La Cámpora de ir a la Junta a votar a Otero a pesar de que ese mandato sería acatado por solamente tres de los diez representantes (el nuestro como minoría estudiantil y el de los dos consejeros “oteristas” de graduados). Exactamente de este escenario advertimos en nuestros volantes, en la propia asamblea que nos mandató y frente a la Junta antes de que ésta sesionase. La apuesta de Otero, La Juntada y compañía entregó la asamblea a los aliados de Campagno.

El frente oterista-oportunista

Las agrupaciones estudiantiles (La Juntada, los K-La Cámpora, el FEL, IS y el MST) plegadas a esta política que nos llevó a un retroceso objetivo se han justificado post factum en la necesidad de que los estudiantes viéramos a La Mariátegui traicionarnos (y se lo cobráramos en las próximas elecciones, dentro de dos años!!!). Esta justificación peca al mismo tiempo de entreguista y oportunista. La Mariátegui rompió con una conquista histórica: la unidad del movimiento estudiantil y docente expresada en la asamblea interclaustros y su mandato. Esto lo adelantó en mails y volantes donde indicaban expresamente que desconocerían la asamblea y cualquier mandato de ésta, repartidos incluso durante la misma. Así, la insistencia de La Juntada y otros "oteristas" varios en hacer votar a la Junta fue de un oportunismo puro: en vez de hacer triunfar la política de la asamblea (que Campagno, los profesores y Trinchero no copen nuestra carrera), buscaron llevarla a la derrota para obtener un rédito como agrupaciones. Falta que ahora nos digan que es mejor que todas las huelgas sean derrotadas para que los trabajadores vean que la burocracia sindical las entrega. Doblemente oportunista porque sabiendo la composición de la Junta (y el resultado anunciado para la elección de director previamente) opusieron a la propuesta de La Comuna-Partido Obrero de impedir el funcionamiento de esta Junta y democratizar ya (votar una nueva composición del gobierno de la carrera y con ésta a los nuevos representantes en elecciones generales), un “voto de confianza” a Rodríguez Otero. 

Incluso si Otero es avalado por el Consejo Directivo (y en ese caso sería votado por las mismas camarillas que quieren copar la carrera a través de Campagno), sería director de la misma Junta con mayoría automática...de los que votaron a Campagno. Por eso originalmente justificaban su llamado a "que la Junta vote", especulando con que LM acataría el mandato asambleario, y de esa forma habrían podido presentar como un "triunfo" que se haya formado una Junta con mayoría "campagnoísta". El objetivo de los oteristas no era ni es democratizar,sino hacerse del gobierno de la carrera. Por eso es triunfalista su balance de los 4 años de Otero sin avanzar en ningún punto de los votados en 2009. Por lo tanto, cualquier balance sobre la actuación desdeñable de La Mariátegui y Haciendo Historia debe incluir el de cómo Otero y La Juntada nos entregaron a la Junta dominada por éstos.

Democratizar

¿Dónde nos coloca entonces hoy la elección de Campagno? Se nos suma al mismo tiempo hoy la tarea de impedir que lo vote el consejo directivo y se constituya la Junta reaccionaria. A esta Junta hay que oponerle la democratización. La ficticia mayoría del claustro de profesores (a la actual representación la votaron solo 7 profesores y tienen 4 consejeros!!!) debe ser disuelta: vamos por iguales derechos políticos para todos los docentes. Historia debe discutir ahora cómo debe ser el gobierno de nuestra carrera.

En este sentido va el plebiscito votado en la última asamblea. Debemos hacer de este plebiscito una instancia masiva de deliberación de los docentes y estudiantes. Desde La Comuna-Partido Obrero proponemos:

1-Claustro único de docentes e investigadores 2-Paridad entre el claustro único docente y el claustro de estudiantes 3-Dirección colectiva de la carrera por la Junta. No a las figuras unipersonales como el director.

Lo que todavía nadie puso en discusión

Desde la apertura de Historia Social General B hasta la actualidad Historia cambió en los hechos el contenido de su plan de estudios y renovó y amplió su planta docente y las condiciones de cursada de los estudiantes: 9 cátedras paralelas nuevas, más de diez optativas nuevas ( como Problemas de Historia Argentina, Problemas de Historiografía y Problemas de Historia Americana), decenas de seminarios y cientos de graduados y estudiantes ingresaron a la docencia en la carrera que antes estaba monopolizada por “los modernos”. Pero este cambio radical no estuvo ajeno a la asfixia presupuestaria de la Universidad y la educación en general. En 2005 Historia no sólo fue protagonista de la ruptura con la institucionalidad, sino también de la histórica huelga docente que consiguió el blanqueo salarial, un aumento de sueldos cercano al 50% y la apertura del Programa de Remuneración de Ad-honorem. 

Sin embargo, de ahí en más el presupuesto para salarios de Historia (y la UBA) estuvo congelado. El listado ad-honorem democratizó el reparto de rentas, pero el “financiamiento” de este reparto fueron el fallecimiento, la renuncia, jubilación o licencia de otro docente. El resultado es que la planta docente está formada casi totalmente por docentes con dedicación simple (en su mayoría interinos) y ad-honorem. Es decir, la carrera de historia sobrevive sobre la base de que casi la totalidad de sus trabajadores viven de otra cosa, y por lo tanto, no podemos esperar una dedicación full time a la universidad o a la investigación en general. El ahogo presupuestario está devaluando nuestra carrera.

La solución a este problema sólo puede pasar por la movilización masiva de la carrera. Por eso la democratización de la dirección política de la carrera debe estar unida a esta perspectiva.

Para desarrollar ésta perspectiva te queremos invitar a discutir con nosotros. Durante estas semanas estaremos haciendo una fuerte campaña hacia el plebiscito y por un nuevo gobierno democratizado de la carrera. A ésta actividad convocamos a sumarse masivamente.

Este LUNES 19hs, en el Hall del tercer piso, vení a la REUNIÓN ABIERTA DE LA COMUNA.


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