Lo
hacemos porque el FUP-La Cámpora, La Juntada y el implicado directo
en todo este asunto, Rodriguez Otero, han sido derrotados en su
intento re-reelecionista a manos Marcelo Campagno; hoy apoyado por
las camarillas profesorales y por la gestión de Trinchero.
El
planteo de la elección directa del director emerge luego de esta
derrota, si Otero fuese el director de la carrera, nada de esto
estaría discutiéndose, como sucedió en los últimos cuatro años
en donde Otero fue el director, en donde no se avanzó un paso en la
democratización de la carrera.
2-¿Por
qué desde hace años en historia arrastramos “el problema del
director” ?
Nuestra
carrera viene de una gran transición: luego de años ser dirigida
por la vieja derecha radical, “los modernos”, venimos de una
década marcada por el quiebre del dominio de esta camarilla
profesoral. En esta etapa nunca se pudo ir a fondo en la
democratización, pero tampoco se había permitido la restauración
del dominio de estas camarillas hoy encabezadas por Campagno.
Lo
que en la superficie aparece como un problema de “quien dirige, o
quién es el director” y ahora su versión democratizante, “como
elegimos director”, expresa un conflicto de fondo entre dos
orientaciones sociales para la educación y nuestra carrera: los que
la defendemos y los que quieren avanzar en la reforma de los planes
de estudios en un sentido privatista, siguiendo los lineamientos de
la LES menemista, la CoNEAU y el ANFHE. El gobierno nacional apoya a
las camarillas derechistas para impulsar esta verdadera
contrarreforma educativa; lo de Trinchero apoyando a Campagno no es
la excepción sino la regla.
En
los últimos diez años atravesamos cuatro experiencias distintas que
no resolvieron este “empate”. 2003-2005: un director “renovador”
como fue José Villaruel (Argentina III A), que terminó sus dos años
de gestión retrocediendo frente a la derecha por no avanzar en la
democratización. 2005-2007: la “acefalía”, los años en donde
los que rechazábamos la restauración de la derecha no dimos quórum
e impedimos la elección de un director “moderno”. 2007-2009, la
“semi-junta”, en una de las tantas masivas asambleas
interclaustros de este período, se vota conformar un organismo
colegiado tripartito para encabezar la junta y reemplazar la figura
del director. Este organismo debió estar integrado por un profesor,
un graduado y un estudiante. El objetivo de este organismo colegiado
era reducir el peso político del claustro de profesores copado por
la derecha y permitir avanzar en los reclamos postergados de
estudiantes y docentes. La derecha nunca dio quórum e impidió que
este organismo se constituya, lo que llevó en los hechos a la
conformación de una coordinación “bipartita-graduado-estudiantil”.
El graduado de esta coordinación fue Rodriguez Otero. 2009-2012,
durante esta etapa se votó en dos ocasiones a Otero director con
programas que nunca fueron llevados adelante.
Vuelve
a aparece la figura del director, esta vez no en manos de las
camarillas profesorales de la derecha, sino en el espacio político
de los graduados de Haciendo Historia, La Mariátegui, La Juntada y
los K, que juntos votaron a Otero director. La excusa para la vuelta
del director, un retroceso en relación a un organismo colectivo de
dirección que por presión de la derecha nunca pudo constituirse
legalmente, fue que el consejo directivo de Trinchero no tomaba las
resoluciones votadas por historia porque no teníamos quórum legal
ni director. La gestión K no hacía esto en vano, su objetivo
siempre fue quebrar la voz de lucha de la carrera de historia y
ahogar los reclamos de estudiantes y docentes en la junta
departamental; como pasa en el resto de las carreras.
La
elección del director en asamblea, mandatado con un programa, no
resolvió los problemas de historia, ya que no se avanzó un ápice
en los reclamos pendientes. Lo que si avanzó fue el ajuste de
Trinchero que rechazó designaciones docentes, seminarios y cátedras
especiales, es decir que avanzó sobre las condiciones de trabajo de
docentes e investigadores y estudiantes de la carrera, sin que “el
director mandatado” pueda impedirlo. Tampoco
pudo impedir que las camarillas profesorales se rearmen y que en la
última elección presenten una lista única a la que sumaron a la
Mariátegui y Haciendo Historia, ganando la mayoría del
departamento, sobre la base de su actual composición
antidemocrática, nunca modificada en todos estos años.
La
recurrencia de la discusión sobre el director obedece a esta trama
nunca resuelta.
3-
¿Quiénes están a favor de la elección directa de las autoridades?
El FUP-La Cámpora ha concurrido a todas las asambleas a defender la elección directa del director de Historia para “solucionar el problema del director”.
La
elección directa de directores (o decanos y rectores) con funciones
ejecutivas es uno de los ejes de las reformas propuestas por la LES
menemista (en su artículo 52) y la CoNEAU para reformar las
Universidades. Así fue implementado en las nuevas universidades
creadas en el conurbano con planes de estudios recortados y
devaluados y posgrados pagos. un ex presidente de este organismo
dijo, sobre los órganos de cogobierno colegiados: ““Esto lleva a
que la toma de decisiones sea muy compleja, ya que en ocasiones, los
grupos de minoría en alianza condicionan el funcionamiento de estos
cuerpos y por ende el de la gobernabilidad de la institución (…)
habría que plantear una delimitación más clara entre las funciones
de carácter ‘legislativo’ – en general la de los cuerpos
colegiados – con las de carácter ejecutivo, a cargo de las
autoridades unipersonales (decanos, rectores)”.
En la Universidad Nacional de Cuyo la elección directa acaba de ser implementada. La Asociación Docente de esta Universidad, parte de la CONADUH, ha rechazado públicamente la reforma, justamente porque elimina la intervención directa de docentes y estudiantes en el cogobierno en función de un gobierno más ejecutivo. La Cámpora, en cambio, apoyó la iniciativa de las camarillas “seudodemocratizadora” que los mantuvo en el poder.
El
movimiento estudiantil, por otra parte, ha hecho su experiencia con
la elección directa. En el año 2003, la carrera de Sociología
luchó y consiguó (toma del Rectorado y elección organizada por la
asamblea de la carrera de por medio) la elección directa del
director, que se aplicó en todas las carreras de la facultad de
Sociales. De esta experiencia emergen dos conclusiones: la elección
de un director no eliminó la intervención de las camarillas
profesorales en la vida universitaria, no fue una herramienta para
que el conjunto del movimiento estudiantil y docente luchen en
mejores condiciones por defender y mejorar la universidad pública,
sino un elemento de gobernabilidad; por otro lado, permitió la
intervención de los personalismos de graduados y profesores sobre el
claustro estudiantil, a través de las listas sábana (cómo proponen
ahora La Juntada y el kirchnerismo para Historia).
El
planteo de La Cámpora-FUP en favor de la elección directa del
director no busca democratizar, sino crear las condiciones para
desguazar nuestra carrera, tal como proponen la ANFHE y la CoNEAU con
la reforma del profesorado, la ampliación del CBC y de las materias
didácticas en detrimento de las propias de nuestra disciplina, que
pasarían al posgrado pago.
4-¿Avanzamos
en la democratización de la carrera eligiendo en forma directa al
director?
Si el problema de la carrera y de los organismos de cogobierno de la universidad es que un grupo minoritario, las camarillas profesorales, dirigen los destinos de trabajadores y estudiantes en forma antojadiza y antidemocrática, difícilmente resolvamos el problema trasladando el control a una sola persona.
Este planteo es el que reivindican los que quieren hacer de la educación un negocio: resolver la los problemas que trae el cogobierno que no permiten un justo ejercicio de dominio por parte de las mayorías porque las minorías hacen uso de su voz y votos para bloquear iniciativas concretas de ataque a las condiciones de cursada de estudiantes y de trabajo de docentes.
5-¿Por
qué La Juntada está a favor de la elección directa?
En Historia, la elección directa del director es defendida no sólo por La Cámpora y el FUP, sino también por La Juntada, la actual conducción del centro de estudiantes. Este bloque político levanta la elección directa en función de un candidato en particular, el propio Otero.
Luego
de cuatro años de Otero director la realidad de la carrera es que se
impone el ajuste que impulsa Trinchero y el ministerio de educación,
dirigido por La Cámpora. La Juntada apoya a Otero, con el cual
Historia no avanzó un ápice en la democratización, pero no mueve
un dedo como centro de estudiantes, ni en las carreras en las que
encabezan representaciones estudiantiles (Letras, Antropo, Educación
y Filosofìa) para luchar por la democratización. El centro está
paralizado y no mueve un dedo frente a la eliminación de becas, el
rechazo a designaciones docentes y la desaparición de la agenda de
la construcción del edificio nuevo en el estacionamiento.
Otero
y La Juntada son dos caras de la misma moneda, pasividad, quietud y
adaptación al ajuste. El apoyo a la elección directa para votar a
Otero tiene por objetivo depositar en “el director” la tarea de
la democratización y no tener que luchar por ella.
6-¿Qué
proponemos los estudiantes y graduados del Partido Obrero?
Si
se trata de poner al gobierno de la carrera en función de los
intereses de las mayorías que la componen, sus estudiantes y
trabajadores docentes e investigadores, el primer paso es disolver el
poder de las camarillas profesorales: iguales derechos políticos
para todos los docentes, eliminar los claustros de profesores y
graduados, formando un CLAUSTRO ÚNICO DE DOCENTES E INVESTIGADORES.
Asimismo aumentar el número de consejeros estudiantiles. Proponemos PARIDAD entre el claustro de estudiantes y el claustro único de docentes e investigadores, siete representantes de cada uno.
Todos los miembros de este cogobierno colegiado deben ser elegidos por sistema D’Hont, es decir, una representación proporcional.
Quedaría así conformada una junta con representantes electos por el voto directo de estudiantes y trabajadores de la carrera. Desde La Comuna-Partido Obrero privilegiamos este órgano de gobierno colectivo, el que mejor puede expresar los intereses de estudiantes y trabajadores de la carrera, a través del debate constante de quienes pensamos distinto.
Insistimos
en que el director como funcionario del departamento tiene que
encargarse de impulsar las resoluciones de la junta, no puede estar
por encima de ella, de esa forma debilitaríamos el cogobierno.
El director debe ser asistido en sus funciones por el secretario académico. Tanto el director como el secretario académico cumplen una función de ejecutar las resoluciones de la junta y por ello cobran un salario. Su función esta directamente ligada a las resoluciones de un organismo colectivo al cual están subordinados y no al revés. La junta democratizada y su dirección tiene que impulsar la unidad de docentes y estudiantes para convertir al organismo de nuestra carrera en una palanca y una voz los reclamos de la carrera. La tarea elemental para desarrollar esa unidad entre los que hacemos con nuestro trabajo y estudio la carrera es fortalecer los organismos de cogobierno.
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