Luego
de la elección de Campagno como director en la Junta departamental
nos encontramos con una nueva situación. Luego de 6 años en donde
el director se decidió en asambleas interclaustro, volvimos a fojas
cero y una minoría votó su director, a espaldas de la mayoría.
Debemos
rechazar esta imposición, que cuenta con el aval del decanato. Pero
lo más importante es que se impuso el debate sobre la necesaria,
ahora también urgente, democratización de la junta.
1-¿Por
qué democratización?
Hoy
la tarea en la universidad no es simplemente la pelea contra un
régimen de “castas” y antidemocrático. La pelea
es contra el capital
y su política de
privatización que se sirve
de esos organismos
antidemocráticos para destruir
la educación e impulsar
la educación privada.
La
pelea por la democratización de la universidad hoy es, en primera
instancia, una pelea porque la universidad sea gobernada por los que
la construimos día a día con nuestro esfuerzo: trabajadores
docentes, investigadores, no docentes y estudiantes, contra los
privilegios acumulados de camarillas profesorales y funcionarios.
Sólo la unidad de los docentes, no docentes y estudiantes podrá
poner a la universidad al servicio de la reorganización de la
sociedad sobre nuevas bases.
2-¿Qué
es la Junta departamental y cuáles son sus funciones?
La
junta es un organismo colegiado integrado, hoy, por profesores (los
titulares, adjuntos y asociados regulares, es decir concursados, una
absoluta minoría), graduados (en este claustro se incluye a la masa
de docentes e investigadores de Puán y también a los graduados
“puros”) y estudiantes. Es un organismo NO RESOLUTIVO de gobierno
de nuestra carrera. El organismo que resuelve y decide efectivamente
es el Consejo Directivo (CD). Las juntas sólo existen en dos
facultades de toda la UBA: Filo y Sociales. En ellas se desarrollaron
fuertes luchas por la democratización que llevaron a la creación de
estos organismos “intermedios” entre las demandas de las carreras
y los consejos directivos.
Lo
que en un momento fue progresivo, la creación de estos organismos
por carrera, devino en su contrario, porque hoy se han convertido en
un filtro de esas demandas al auto-asumir la política de ajuste de
las autoridades, y cuando esto no sucede de cualquier manera el CD
las termina desestimando.
La
función de las juntas es discutir y elevar propuestas de resolución
bajo la forma de expedientes al consejo directivo sobre: planes de
estudios, designaciones docentes, horarios, materias, seminarios,
jornadas, tramites de todo tipo y color, es decir sobre el conjunto
de la vida laboral y académica de las carreras.
3-¿Qué
es el director de la carrera y qué funciones cumple (o debería
cumplir)?
El
director es un funcionario que cobra un sueldo por encabezar el
departamento. Es acompañado por un secretario académico, también
un funcionario rentado, que se encarga de darle forma administrativa
a las resoluciones tomadas por el organismo colegiado que es la
junta.
El
director y el secretario académico forman parte de la junta pero no
tienen voto (sólo el director, actualmente, desempata). El director
y el secretario académico se encargan de informar a los miembros de
la junta sobre diversos temas a resolver y luego “codifican” esas
resoluciones en expedientes que deben ser tratados por el CD. Su
función es puramente administrativa, no deberían tener una
intervención ni política ni académica, porque esa función
corresponde a los miembros de la junta votados por los diferentes
claustros.
En
las carreras de filo los directores son puestos por las camarillas
profesorales que dirigen políticamente los claustros de graduados y
a veces los de estudiantes mediante redes clientelares (cargos
docentes, becas, avales académicos).
4-
Nuestra propuesta
Retomando
los consensos a los que el movimiento por la democratización ha
llegado luego de años de lucha y debate, el Partido Obrero propone:
A-LA
CONFORMACIÓN DE UN CLAUSTRO ÚNICO DE DOCENTES E INVESTIGADORES de
la cada carrera o en proyectos de investigación que dependan de
nuestra unidad académica.
B-EL
AUMENTO DE LA PROPORCIÓN DE LA REPRESENTACIÓN ESTUDIANTIL.
C-
QUE ENTRE EL CLAUSTRO ÚNICO DE DOCENTES E INVESTIGADORES Y EL
CLAUSTRO DE ESTUDIANTES EXISTA EN LA JUNTA UNA PROPORCIÓN PARITARIA
(mitad y mitad). De esta forma se expresaría la vida efectiva de los
que hacen con su trabajo y estudio nuestra carrera.
Recapitulando,
la
democratización
de
los
organismos
de
cogobierno
no
debe
entenderse
como
una
suma
aritmética
formal.
No
es
una
cuestión
numérica
sino
social.
Su
objetivo
es
promover
los
reclamos
de
los
que
nos
vemos
afectados
por
el
ajuste
sobre
la
educación
y
dotarnos
de
las
herramientas
políticas
que
sean
adecuadas
para
esa
tarea.
De lo que se
trata es de eliminar
la diferencia política
entre el actual claustro
de profesores, una
verdadera minoría con
intereses creados, contra
la mayoría de docentes
y estudiantes; con este
método le damos forma
a la unidad de
docentes y estudiantes para
avanzar unidos por los
reclamos de nuestra
carrera.
D-
Siendo consecuentes con el planteo de que la carrera sea gobernada
por los sus trabajadores e investigadores y estudiantes hacemos
explicito nuestro rechazo a la participación de los graduados mal
llamados “puros” en los organismo de cogobierno.
La
convocatoria a votar una vez cada dos años no reemplaza de ninguna
manera la participación efectiva que queremos debieran tener los
graduados sobre la base de ampliar las posibilidades de incertarse en
la docencia y la investigación en la Universidad.
Por
el contrario, el voto de los graduados “puros” sin ninguna
relación con la Universidad, es utilizado como un masa de maniobras
llevada en forma punteril por las camarillas profesorales. Es decir
por los que ya dirigen las carreras o por los que quieren hacerlo. La
promesa de un futuro cargo a cambio de ir a empadronarse y luego
votar es un hecho recurrente.
Listas
de graduados como Haciendo Historia o 2013 (la lista de Otero)
justifican el voto de los graduados “puros” desde una perspectiva
progresista “que la Universidad no se aísle de la sociedad”.
Este planteo es falso desde toda perspectiva, ya que la masa de los
docentes que trabajan en nuestra carrera tienen uno o más trabajos
para luego ser ad honorems en la facultad, es decir que conocen bien
a la “sociedad”. Haciendo Historia, que nucleo durante años a
una cantidad muy grande de graduados que luego ingresaron a la
facultad a trabajar en cátedras paralelas que se conquistaron con la
lucha, usa este argumento para mantener un método que no puede ser
llamado de otra forma que clientelar.
5-
Sobre la elección directa del director
Retomando
las reales funciones del director de la carrera, ser expresión de
los debates dados por un organismo colegiado, rechazamos la elección
directa. La elección de una persona que este por encima de los
claustros, que no tenga derecho a voto, simplemente genera la
siguiente contradicción: votaríamos por un lado representantes de
los diferentes claustros, que asumirían con un determinado programa,
y un director, que podría portar otro programa, lo cual llevaría a
la junta a la parálisis.
Este
planteo
de
elección
directa
lo
presentan
agrupaciones
como
La
Cámpora
para
“evitar
los
problemas
que
tenemos
todos
los
años
con
la
elección
del
director
y
de
los
problemas
que
esto
genera”.
Lo
que
este
planteo
oculta
es
que
“resolvería”
el
problema
del
director,
pero
generando
uno
nuevo,
que
es
la
contradicción
entre
la
junta,
cualquiera
sea
su
conformación
y
el
director,
dado
que
esta
figura
“bonapartista”
en
términos
formales,
estaría
por
encima
de
la
junta,
pero
no
tendría
el
poder
de
decisión
de
resolución
que
si
tiene
la
junta.
RECHAZAMOS LA PONDERACIÓN
DE FIGURAS UNIPERSONALES
POR SOBRE LAS DE
LOS ORGANISMOS COLECTIVOS.
La
historia
de
la
lucha
por
la
democratización
del
movimiento
ya
nos
dio
un
ejemplo
de
elección
directa
del
director.
En
la
carrera
de
sociología
luego
de
una
gran
lucha
dada
en
2002
se
logró
una
elección
directa
del
director,
pero
con
voto
ponderado,
es
decir
que
se
sigue
manteniendo
el
claustro
de
profesores
y
que
su
voto
vale
proporcionalmente
más
que
el
de
estudiantes.
Es
decir
que
la
elección
directa
NO
RESOLVIÓ
el
problema.
Por otra parte, en esa facultad la
votación
de
los
representantes
de
la
junta
y
el
propio
director
se
vota
en
una
lista
única
en
donde
cada
lista
de
estudiantes
y
de
graduados
tiene
su
candidato
a
director.
El resultado más obvio ha sido el siguiente: la votación
estudiantil se ve deformada por la aparición de los candidatos a
director, que arrastran la votación estudiantil no a partir del
programa de agrupaciones de estudiantes, con intereses estudiantiles,
sino del personalismo profesoral.
La
elección directa no ha solucionado los problemas de la carrera de
sociología que cursa en un edificio con techos de chapa, en una ex
maternidad, que tuvo un principio de incendio hace dos semanas. Como
explicamos arriba el problema de la democratización no es ni una
cuestión de formas, ni de números, sino de asegurar que la
movilización de estudiantes y docentes desarrolle a fondo la lucha
contra una orientación social de ajuste y privatización que se
lleva adelante en la educación en su conjunto. La obsesión
de diferentes personajes y
agrupaciones en “resolver”
el tema del director,
pone en segundo plano
este tema y desnuda
una vocación arribista
contraria a los intereses
de la mayoría de
nuestra carrera.
El
último de los argumentos mistificadores sobre el tema de la elección
directa es el ya mencionado “un hombre, un voto”, acompañado del
también escuchado “así decidimos todos”. Sólo con una mirada a
lo que es la vida política nacional en donde a gente como Macri,
Scioli, De La Sota, Insfrán, Rodríguez Saa, CFK, Duhalde y Menem,
se los ha elegido en forma “directa” muestra que esto no resuelve
las luchas de intereses sociales contradictorios que se expresan en
la sociedad.
Yendo
a fondo con el planteo nos atrevemos a cuestionar la misma existencia
de un director. Si su trabajo es puramente administrativo y no
político, ¿por qué entonces necesitamos “elevar” a una figura
por sobre el resto? ¿Podemos resolver este intríngulis sobre la
dirección de la carrera en vez de tener un director teniendo dos
secretarios académicos que cumplan las mismas funciones? Pensamos
que es una posibilidad.
6-Un
balance provisorio
La
lucha
por
la
democratización
de
la
carrera
fue
llevada
al
callejón
sin
salida
de
una
Junta
copada
por
las
camarillas,
por
la
obsesión
de
Rodríguez
Otero
de
ser
re-reelegido.
Recordamos
que
en
sus
dos
mandatos
previos
no
se
avanzó
un
paso
en
la
democratización
y
en
la
satisfacción
de
los
reclamos
planteados
en
los
programas
de
30
y
luego
de
8
puntos
con
los
que
fue
votado.
Otero,
La
Juntada
y
el
FUP-La
Cámpora
llevaron
a
que
una
masiva
asamblea
interclaustros
de
la
carrera,
casi
cuatrocientos
estudiantes
y
docentes,
vea
su
esfuerzo
dilapidado
ya
que
respetando
la
institucionalidad
Otero
fue
derrotado
por
Campagno
que
obtuvo
en
la
junta
más
votos.
Sin
avanzar
en
la
democratización
de
la
Junta
ni
siquiera
los
que
fueron
a
votar
a
Otero
van
a
poder
cumplir
sus
deseos.
Este planteo de avanzar
en la democratización de
la Junta y de
convocar nuevas elecciones
de representantes sobre la
base de la nueva
composición es
nuestro
programa
desde
la
elección
de
Otero
en
2011
en
una
asamblea
de
cien
personas.
Hoy
Otero,
La
Juntada
y
los
K
juegan
su
última
carta
para
no
avanzar
en
la
democratización
que
es
plantear
la
elección
directa
de
Otero.
Sin
un
balance
claro
de
esta
orientación
es
imposible
avanzar.
La
democratización
de
la
carrera
y
la
lucha
por
los
reclamos
de
estudiantes
y
docentes,
está
hoy
y
como
siempre
en
nuestras
manos,
no
lo
deleguemos
una
vez
más
en
personajes
que
sólo
nos
han
llevado
a
la
derrota.
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